
Pocas son las localidades alicantinas las que han sabido mantener casi intacto todo su patrimonio cultural así como su seña de identidad. Pues bien, Finestrat es una de estas localidades.
Situada a tan solo 8 kilómetros de Benidorm, y anclada sobre una peña de yeso, como su propio nombre indica, no es otra cosa que una gran ventaja al mar. Un azul Mar Mediterráneo que baña esta localidad para hacer las delicias de todas aquellas personas que se decidan a visitarla.
La Iglesia de San Bartolomé
Si por algo se caracteriza el patrimonio cultura de Fienstrat es por tener algunos de los templos religiosos más emblemáticos de toda la provincia de Alicante. No en vano la Iglesia de San Bartolomé se ubica en pleno casco histórico.
Una construcción que lejos de dejarse influir por el paso de los años, se ha adaptado a la perfección a los nuevos tiempos cediendo uno de sus muros a la Facultad de Bellas Artes para que plasmen su visión de esta magnífica construcción.
El Castillo de Finestrat “El Castell”
Lugar emblemático donde los haya dentro de esta localidad alicantina. Ideal para tomarse un respiro mientras se tienen unas vistas privilegiadas, El Castell integra dentro de sí mismo su famosa ermita y su no menos conocido auditorio.
Dos pequeñas obras maestras de la arquitectura que siempre sorprende a propios y extraños. De ahí que sea la ocasión perfecta para tomar alguna que otra instantánea.
La Font de Molí
Esta fuente es uno de los motivos de vista de muchos turistas por varios motivos. El principal es la belleza de la propia fuente y sus característicos 11 chorros. El otro es porque se trata de un punto de encuentro para muchas personas ya que desde allí se puede tomar un sendero que es de obligado recorrido para los amantes de las caminatas largas.
Un camino que no es nada complicado por lo que se puede disfrutar con toda la familia e incluso con las mascotas. Una opción perfecta si lo que se busca es desconectar durante un par de horas mientas se tiene una agradable charla y se hacen distintas fotografías.
Puig Campana
Si bien es cierto que el Puig Campana no es exclusivo de Finestrat, no es menos cierto que desde cualquier punto de esta localidad vamos a poder disfrutar de unas vistas únicas. No importa el lugar ya que o bien vamos a poder encontrar un mirador o un rincón improvisado desde el cual disfrutar de semejan mole.
Pero no solo de las vistas vive el Puig Campana. En sus inmediaciones vamos a poder ser testigos de una flora y de una fauna autóctona que solo podemos calificar como de privilegiada. Naturaleza en estado puro.
Las calles de Finestrat
Como no puede ser de otro modo cuando hablamos de una localidad con cierto encanto, son las propias calles de Finestrat las que más llaman su atención. Y es que no hay más que detenerse en cualquiera de ellas, echar un vistazo a nuestro alrededor y darnos cuenta de que todo allí rezuma tradición.
Una tradición mediterránea que sea deja notar en la decoración de las casas, de los pequeños y coquetos jardines e incluso del propio asfalto. Y todo ello regado con una gente hospitalaria a más no poder.
La Cala de Finestrat
Pero claro, ¿quién no ha escuchado hablar de la Cala de Finestrat? Y es que aunque ya hemos visto que Finestrat tiene unas vistas hacia la montaña dignas de mención, la cala es otra de sus señas de identidad.
Un espacio privilegiado de unos 300 metros de longitud en el que vas a poder no solo disfrutar de una gran tranquilidad sino de la belleza incomparable del agua del Mar Mediterráneo y de esa arena dorada y fina que hace las delicias de los turistas.
El mercat tradicional
Vaya por delante que este mercado solo está disponible en abril pero, si vas a ir en estas fechas tenemos que decirte que es un lugar que no puedes perderte por nada del mundo.
En esta amalgama de puestos y de comerciantes vas a poder encontrar todo lo que encontrarías hace 2 o 3 siglos. Tradición, cultura popular y un sinfín de remedios caseros y populares así como los alimentos más variados que puedas echarte a la cara.
Dicho todo esto, podemos asegurar que Finestrat es una de las mejores alternativas turísticas que nos podemos encontrar en la Costa Blanca. Y no solo por la oferta cultural a la que hemos hecho referencia en estas líneas. También por la gran oferta de ocio que tiene. Y es que a lo largo y ancho de sus calles vamos a poder encontrar una gran cantidad de lugares para poder comer, cenar e incluso dormir. ¿A quién no le apetece pasar un fin de semana en esta localidad alicantina?