
Sin dudas, Alicante es una de las provincias con más historia plasmada en restos de estructuras antiguas y de impresionantes paisajes, con una vista digna de ser fotografiada, pues es de no creer la inmensidad y belleza de los sitios que nos regala la naturaleza alicantina.
Antes de comenzar, cabe aclarar que la “Costa Blanca” lleva este nombre debido al contraste que se genera por el impacto de la luz, proveniente del litoral, sobre el mar azul y la arena clara. La Costa Blanca tiene una longitud de 244 km y va desde Denia hasta Pilar de la Horadada, zonas que se caracterizan por sus impecables playas, acantilados, calas y estructuras históricas.
Si estás pensando en conocer lugares en Alicante, hemos seleccionado para ti los 10 pueblos de la Costa Blanca más bonitos, que puedes visitar en cualquier época del año.
1. Denia
Uno de los sitios más elegidos por los turistas que visitan Alicante es la capital de la comarca de la Marina Alta, Denia. Con una longitud de 15 kilómetros de espléndidas playas, y ubicado cerca del cabo de la Nao, se caracteriza por su buen clima a lo largo del año.
Además de ser una ciudad portuaria con la belleza que nos regala la naturaleza del lugar y su vista a Ibiza, se encuentra entre Valencia y Alicante.
2. Jávea / Xàbia
Ubicada entre la bahía que separa los cabos de La Nao y San Antonio, al norte de Alicante, Jávea está en el sitio más occidental del litoral de Valencia. Su historia se remonta al año 1877, cuando los piratas atacaban desde sus murallas a lo largo de sus 2 kilómetros de costa, que se puede visitar durante todo el año, gracias a su clima templado.
Cuenta con un puerto pesquero, calas, playas, la reserva natural de San Antonio y hasta el parque natural de Montgó, sin nombrar la excelente gastronomía que se puede disfrutar en los restaurantes locales.
3. Altea
Sin dudas, Altea es uno de los pueblos de la Costa Blanca más bonitos y elegido por turistas que desean visitar su imponente casco histórico, en donde podrás caminar por calles de piedras, recovecos y vericuetos, convirtiéndose en uno de los lugares más pintorescos de la Costa Blanca. Cuenta con 8 kilómetros de playas con agua cristalina que posan sobre la arena fina.
Por otra parte, no puedes dejar de visitar la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, famosa por su cúpula azul y blanca, un distintivo que puede contemplarse desde cualquier lugar del municipio.
4. Guadalest
Si bien cuenta con un poco más de 200 habitantes, Guadalest se convirtió en uno de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca gracias a su centro histórico, con restos de antiguas fortalezas y una muralla que datan de siglos atrás.
Guadalest es un valle que separa las Sierras de Aitana y las de Aixortá, y cuenta con miles de visitantes curiosos que desean conocer sus calles que forman un laberinto pintoresco.
5. Campello
Si nos ubicamos en el corazón de la Costa, no podemos dejar pasar por alto Campello, que cuenta con 23 kilómetros de hermosas playas cristalinas, que pueden disfrutarse en cualquier momento del año. Su clima cálido permite a aventureros practicar diferentes deportes acuáticos.
Este pueblo marino ha sido modificado a lo largo de los años para que los turistas puedan visitar este hermoso lugar, perfecto para una salida en familia y con los más chicos.
6. Calpe
Uno de los sitios más concurridos por los turistas es Calpe, en donde muchos alicantinos tienen su casa de verano, y no es para menos, ya que se puede disfrutar no solo de sus impecables playas con vista al Mediterráneo, sino que, además, el pueblo está repleto de casas pequeñas, pintadas de blanco, uno de sus principales distintivos, junto con sus antiguas y angostas calles.
Por otra parte, Calpe aloja al famoso peñón de Ifach, a donde los fanáticos extremos del senderismo pueden acceder por caminos estrechos y rocosos hasta su cima a 332 metros de altura, en las Cordilleras Béticas. ¡Ojo! Que este recorrido no es para cualquiera.
7. Villajoyosa
Una de las localidades más antiguas de Alicante es Villajoyosa, capital de la Marina Baixa. Su origen data de la Edad de Bronce, y se convirtió en un pueblo pesquero, en donde posan las ruinas romanas de hace más de 3000 años, pero que están bien conservadas para aquellos visitantes que deseen revivir un poco de historia.
Además de las preciosas playas, se puede conocer el Pantano de Amadorio, los restos de las termas de Allon, el Santuario de la Malladeta y el Barrio de los Pescadores, en el que podrás disfrutar de la excelente gastronomía local. ¡Ah! Y una visita obligatoria es al museo de Chocolates Valor.
8. Santa Pola
Uno de los lugares más bonitos de Alicante es el pueblo costero de Santa Pola, en donde encontrarás todo lo que buscas. Si eres amante de la naturaleza, puedes visitar la Isla Tabarca, compuesta por increíbles playas para visitar con la familia, además de la fauna y salinas locales.
Si prefieres la ciudad, no puedes dejar de recorrer las calles pintorescas con edificaciones históricas, como el casco antiguo y el Castillo Fortaleza, además de pasear por el puerto y degustar la deliciosa gastronomía que ofrece Santa Pola.
9. Moraira
Si vamos más al norte de la Costa Blanca, nos toparemos con Moraira, reconocido por sus enormes viñedos, que producen uno de los vinos más ricos de la Comunidad Valenciana. En este municipio encontrarás desde edificios antiguos hasta las playas más lindas para visitar con amigos o familia, como la de El Portet, con aguas turquesas, por lo que es conocida como “la Ibiza tranquila”.
Además, se pueden realizar actividades acuáticas, como el buceo en la Cala Cap Blanc. Por otra parte, encontrarás diferentes estructuras históricas, pero que han sido modernizadas, como la iglesia de Santa Caterina, o la Torre del Cap d’Or.
10. Polop de la Marina
Si bien no es muy conocido, ya que es un pueblo “de paso” entre Altea y Guadalest, es uno de los lugares más históricos de la zona, ya que, en lo alto de uno de sus cerros, se encontraba un fuerte, que fue ocupado por íberos, hasta la época de la Guerra de Secesión.
Entre los sitios para conocer en Polop, hay varias montañas a las que puedes subir o contemplar desde abajo, como los barrancos de Canet de Xirles, del Salt o el macizo de Ponoch.