
Valencia es una de las comunidades con paisajes más hermosos no solo de España, sino del mundo. Desde ciudades modernas hasta antiguos pueblos medievales, este gran municipio abre sus puertas para que puedas conocer la inmensidad de sus paisajes. En este artículo recorreremos los 10 mejores pueblos de Valencia que no puedes dejar de visitar.
Bocairent
Si de historia se trata, es obligatorio visitar Bocairent, un pueblo árabe que data del Neolítico. En este lugar cuenta con calles que llevan a plazas, recorriendo diferentes ermitas, como la de Agosto, de la Virgen de los Desamparados y la de San Juan Bautista. En el siglo XVIII, se creó la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Estos templos están rodeados por portales que los cubren, y alrededor hay pequeñas casas construidas entre las rocas en la época medieval, cuando los árabes utilizaban una fortaleza ubicada en la cima de Bocairent. Este pueblo era conocido por su gran fábrica de textiles en 1587, llamada Real Fábrica de Paños, decorada con flores y fuentes a su alrededor. Actualmente, se puede visitar el Museo Arqueológico municipal, en donde se puede tomar una clase de historia desde el Paleolítico hasta la Edad Media, cuando era utilizado por los árabes. Además, está la plaza del Ayuntamiento, desde donde se puede tomar la “Ruta Mágica” para recorrer todo el casco histórico.
Buñol
Seguimos con pueblos prehistóricos. En este caso, Buñol existe desde el Paleolítico y, durante la época musulmana, se levantó un castillo que se encuentra en el centro de Buñol. Sin dudas, una de las mayores atracciones de la Comunidad Valenciana disponible para los turistas. Este pueblo posee un gran lago con una cascada de 60 metros de alto, llamada “la Cueva del Turche”.
Por otra parte, se pueden visitar las diversas fuentes que rodean el pueblo, además del famoso parque de San Luis, la parroquia de Sant Pere y el molino de Galán, entre otros tantos lugares y edificaciones de siglos pasados, ideal para nutrirse de la historia de uno de los pueblos más antiguos de Valencia.
Castell de Guadalest
Si visitas Alicante, no puedes dejar de ir a Castell de Guadalest, un pueblo que parece haber crecido de las rocas y tiene solamente dos barrios (parte baja y alta), que se unen en un túnel, con vista al pantano de Guadalest.
Desde la parte alta, se puede subir hasta el castillo de San José, el de la Alcozaiba, la iglesia Nuestra Señora de la Asunción y la casa Orduña, entre otros sitios magníficos que presenta este pueblo de montaña.
Chelva
Chelva es uno de los pueblos históricos más conocidos de Valencia. Algunas construcciones poseen azulejos que datan de los siglos XVIII y XIX, unas valiosas piezas antiguas que acompañan una plaza que fue ocupada por la mezquita y el zoco musulmán, en donde actualmente se encuentra la ermita de la Soledad. Dentro del barrio arrabal o morisco, se puede observar la Mezquita de Benaeça, que se convirtió en la ermita de Santa Cruz y la de los Desamparados.
Por otra parte, en el barrio judío, las calles se tornan cada vez más angostas. Al levantar la vista, se observa un inolvidable paisaje verde con el río Chelva, conocido como la “Ruta del Agua”, que lleva hasta la Plaza Mayor y recorre los cuatro barrios más antiguos del pueblo.
Chulilla
A 20 kilómetros de Chelva, se encuentra Chulilla, un pueblo al que debes visitar no solo por sus paisajes, sino por la historia detrás de ellos. En este asombroso lugar, encontrarás un cráter ocasionado por la erosión del río Turia a lo largo del tiempo, creando el cañón de las Hoces de Chulilla, con paredes de 10 metros de ancho y 160 metros de profundidad. Para recorrer esta zona, hay varios puentes colgantes por los que deberás cruzar. Olvídate del miedo y déjate llevar por las energías del cañón del Turia, rodeado por Los Calderones, Trascastillo y el Charco Azul.
Tampoco puedes dejar de visitar el casco antiguo de Chulilla, que ha sido declarado como monumento histórico-artístico, por la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, que se encuentra sobre una mezquita con una fachada barroca que data del siglo XV.
El Palmar
El Palmar es una excelente opción por la conservación de sus canales y barracas, como la del Tío Aranda, que data del siglo XIX y que, gracias a sus paredes de adobe y un techo de madera, se mantienen de pie. Además, se encuentra la histórica construcción llamada La Trilladora del Tocaio, en donde se cultivaba arroz, que se complementa con un paseo por el Museo Etnológico de El Palmar y el Embarcadero.
El Palmar se ubica en el Parque Natural de la Albufera, y es reconocido por ser la musa inspiradora de Vicente Blasco Ibáñez para crear la novela “Cañas y Barro”, que trata sobre la vida que hacían los pescadores de la Albufera. De hecho, el pescado es parte indispensable de la gastronomía local.
Morella
Al norte de la provincia de Castellón, sobre lo alto de un cerro, se puede encontrar uno de los pueblos más bellos de Valencia: Morella, en donde se encuentran las ruinas de su castillo, que data del siglo XIII, acompañado por la muralla fortificada, que se mantiene como si no fuese construido hace ocho siglos atrás. Sin dudas, ir a Morella es como viajar al pasado.
Peñíscola
Siguiendo la ruta de Castellón, aparece Peñíscola, otro pueblo en medio de una isla que se complementa con Morella, pero con la diferencia de que está a orillas del mar. En Peñíscola se puede visitar la Casa de las Conchas, el imponente Portal Fosc, en donde puedes recorrer los interiores de este castillo.
La fortaleza del Castillo de Papa Luna fue construida por los Templarios en los comienzos del siglo XIV, aunque no pareciera, debido a su conservación. Tampoco puedes perderte la ermita de Santa Ana y el Bufador.