
Si buscas un lugar tranquilo y soleado, con las comodidades de una gran ciudad y las playas más bellas de la provincia, puede que tengas que ir pensando en meter las maletas en el coche y dirigirte a la ciudad de Alicante, capital de la provincia que lleva su nombre.
Alicante es una gran ciudad situada al sur de la Comunidad Valenciana y acariciada por las cálidas aguas del Mar Mediterráneo. En ella habitan más de 300.000 personas, lo que la convierte en el municipio más poblado de la comunidad autónoma. Cuenta, además, con uno de los aeropuertos más importantes de España, el aeropuerto Elche-Alicante, que cada año recibe millones de turistas que quieren pasar sus vacaciones cerca del mar. Evidentemente, con estas características no es de extrañar que tenga una gran oferta de actividades turísticas y de servicios. Para llegar a ella desde el aeropuerto, basta con salir a la carretera N-338 y seguir las señalizaciones dirección a “Alicante” que tarde o temprano nos llevarán por la N-332. En unos pocos minutos, habremos llegado a una de las ciudades más acogedoras de la costa este de España.
¿Qué ver en Alicante?
Castillo de Santa Bárbara
Lo que más llama la atención cuando llegamos por primera vez a Alicante es el imponente Castillo de Santa Bárbara, levantado en el siglo XIX en la parte más alta del monte Benacantil. Después de subir unos cuantos metros, desde arriba se pueden ver todas las playas y la Isla de Tabarca con otro punto de vista. Nos dejaremos deleitar por el sonido de las brisas rozando los pinos del patio de armas, o las gaviotas graznando sobre las almenas. Esta fortaleza, que en un principio fue árabe, ahora también es un museo en el que todo el mundo puede descubrir la vida que llevaban los que lo ocuparon durante siglos.
Mercado Central de Alicante
Cuando bajemos de Alicante por la cara opuesta al mar, podremos encontrarnos cara a cara con el Mercado Central. es un edificio decorado de una manera muy interesante a la vez que extravagante, con ornamentos de claro estilo valenciano, construido a principios del pasado siglo. Además, es una de las reliquias rescatadas de la Guerra Civil Española, dado que en 1938 fue bombardeado por sorpresa a manos de la aviación italiana procedente de Mallorca. Este singular edificio continúa sirviendo como lugar de encuentro entre compradores y vendedores de todo tipo de productos.
Dentro podemos encontrar desde carne y productos lácteos, hasta pescado, golosinas y prensa. Sin duda, es el lugar perfecto si queremos degustar los mejores manjares de la provincia.
El Barrio de Santa Creu
El peculiar estilo mediterráneo de los pueblos de la provincia de Alicante no tiene rival. Sus estrechas y empinadas callejuelas medievales, sus ermitas antiguas y sus pequeñas plazas rodeadas de edificios milenarios son característicos. Su capital no iba a ser diferente, y ello lo demuestra el barrio de Santa Creu, situado en las colinas del monte Benacantil. Se trata del casco antiguo de Alicante en el que se encuentran los edificios más emblemáticos como la catedral de San Nicolás, del siglo XVII, el ayuntamiento, las murallas medievales y los dos museos más importantes de la ciudad. Además, cuenta con restaurantes pubs y heladerias, lo que lo concierten en un lugar perfecto para un paseo tranquilo por la tarde.
Catedral de San Nicolás de Bari
Esta es la joya del casco antiguo, edificada en el siglo XVII sobre los retos de una mezquita, y de estilo renacentista. Actualmente se encuentra presidiendo la plaza Abad Penalva, y en ella cada 6 de diciembre se celebra una misa y una procesión en honor a su título de Concatedral.
Casa consistorial
Es el punto de referencia para medir la altitud sobre el nivel del mar de cualquier lugar en España. Se trata de un edificio de estilo barroco construido en el siglo XVIII al que también se le conoce como Palacio municipal de Alicante y en él se celebran las sesiones municipales.
Palacio Provincial de Alicante
Es la sede de la Diputación Provincial de Alicante. Simplemente basta con pasearse por sus alrededores para quedarse encantado con este edificio de estilo neoclásico construido a principios del pasado siglo.
Museo Arqueológico de Alicante
Comúnmente conocido como el MARQ, es el museo de cultura ibérica, romana y de la Edad Media por excelencia de Alicante. Además, cuenta con zonas de exposiciones temporales en las que en cada temporada todo el mundo puede descubrir otras culturas y civilizaciones.
Ruinas de Lucentum
Estas ruinas pertenecen a una ciudad íbero-romana del siglo IV a.C. localizada en la zona de El Tossal, al norte de la ciudad de Alicante. Fue un hallazgo tan importante para los alicantinos que muchas empresas y clubs deportivos llevan su nombre. Se trata de un conjunto arqueológico en el que destacan los restos de la muralla, las torres defensivas prerromanas, las termas, el foro y la necrópolis musulmana.
Teatro Principal
Como toda buena metrópolis española, a Alicante no le falta su teatro, un intimidante edificio de estilo neoclásico construido en el siglo XIX. En su escena podremos disfrutar de la amplia oferta de espectáculos, teatros, óperas y conciertos representados por artistas provenientes de todos los países del mundo.
Plaza de Toros
Situada en el centro de la ciudad, es una edificación de siglos de antigüedad en la que tienen cabida hasta 16.000 espectadores. Se cuenta que la primera corrida de toros fue celebrada en 1700. Si no te gustan los toros, no pasa nada, además de su actividad taurina, esta plaza también sirve como escenario de conciertos, mítines y espectáculos deportivos.
Lonja del Pescado
Es una construcción histórica situada en el paseo del puerto de Alicante. Fue construido en 1917 junto a las obras del puerto con un estilo clásico y oriental. Actualmente, su interior ya no huele a pescado, sino que se ha rehabilitado como sala expositiva que ha acogido numerosas exposiciones de arte y actividades culturales.
Paseo del puerto
En este enclave del mar Mediterráneo podemos encontrarnos con diversas actividades comerciales, así como viajes en barco hasta la isla de Tabarca. Pero lo más interesante es su largo paseo, por el que podremos apreciar multitud de lugares con encanto, así como los muchos puestos de artesanía en los que se venden productos de cerámica, textiles y otros a modo de souvenirs. Además, podremos apreciar la arquitectura modernista de algunos edificios y hoteles de lujo, así como poder disfrutar de un tradicional menú mediterráneo en sus numerosos restaurantes con vistas al mar.
Isla de Tabarca
Esta Isla se encuentra a unos veinte kilómetros de la ciudad de Alicante, y para llegar a ella será necesario coger uno de los barcos que no estará esperando en el puerto. Se trata de la isla más grande de la Comunidad Valenciana y la única habitada con nada y más y nada menos que cincuenta habitantes. En cuanto desembarquemos, podremos darnos cuenta de la calma que se respira en el lugar, además nos llamará la atención el Faro de Tabarca, una construcción abandonada que hace siglos servía como escuela de fareros.
Tabarca es una mina de reliquias griegas y romanas, así como de naufragios medievales. Carlos III la usó como cárcel para sus prisioneros, un uso del que aún queda una fortaleza y una fornida muralla. En el interior del pueblo podremos encontrar edificios históricos como la Iglesia de San Pedro y San Pablo, la cantera, la casa del Gobernador o las diferentes puertas de entrada de la muralla. Tabarca es tan pequeña que se puede visitar en un día. Y si nos cansamos de tanto paseo, siempre podemos relajarnos en alguna de sus calas o tomar el sol en su playa principal.
Monasterio de la Santa Faz
Este encantador templo de estilo barroco se encuentra a 5km del norte de la ciudad. Para ello habrá que salir a la autovía AP-7 y seguir las indicaciones hasta que podamos salir a la Santa Faz. El monasterio se encuentra en el centro de un pequeño pueblecito llamado Santa Faz, en el que cada año en Semana Santa se produce una multitudinaria peregrinación que sale de la Catedral de Nicolás para concluir en este lugar.
Que comer en Alicante
Uno de los detalles más importantes de nuestro viaje es la gastronomía. Como no puede ser de otra forma, la gastronomía alicantina cuenta con unos platos muy ricos, variados basados en la dieta Mediterránea.
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Arroz a banda
Es uno de los platos más conocidos por los visitantes, siendo un exquisito plato de arroz con sepia, calamares, langostinos, carabineros, gambas y por supuesto caldo de pescado casero.
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Mojama
Es un plato muy típico de la gastronomía alicantina, aunque lo encontraremos en toda la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. Su preparación es tan simple, como deliciosa. Se trata de salar lonchas de atún rojo para después lavarlas y secarlas.
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Olleta Alicantina
Un potaje, que se sirve más bien los días fríos, muy fácil de preparar. Se hace con arroz, verduras, legumbres costillas de cerdo y tocino entre otros ingredientes.
Por supuesto hay una infinidad de platos que probar en nuestro viaje a Alicante. Para ello, nos dejaremos en mano de los profesionales de la hostelería y en sus recomendaciones, ya que encontraremos una gran variedad de todo tipo de restaurantes.
Como llegar a Alicante y moverse por dentro de la ciudad
Para desplazarse por el interior de la ciudad basta con ir provisto de una botella de agua, sobre todo si vas en verano, y comenzar la caminata. Sin embargo, como te habrás dado cuenta muchos de los lugares de interés de la ciudad se encuentran a varios kilómetros del casco urbano. Por lo que es conveniente contar con algún tipo de transporte que nos ahorre tiempo y ampollas en los pies.
Por ello, Victoria Rent a Car pone a disposición de sus clientes una amplia gama de vehículos manuales y automáticos con los que podrán desplazarse libremente por la capital de Alicante y, ¿por qué no? También por los numerosos pueblos, ruinas y valles que conforman la magnífica tierra de la provincia.
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